Desde que se diera a conocer el primer caso de coronavirus en Panamá, el consumo de los alimentos y productos de primera necesidad ha aumentado. La industria alimentaria nacional y el sector agropecuario son claves en este momento de crisis mundial por el coronavirus, para producir alimentos y garantizar la seguridad alimentaria en el país.
De
acuerdo a la investigación “Análisis del sector Agroindustrial- Panamá Proyecto
Canal de Empresarias, Canal de Comunidades” el sector da empleo a más de 32,000
trabajadores (8.6% del empleo total) y produce alrededor de algo menos de 3 mil
millones de balboas anuales (5.2% de la producción total). El sector constituye
el 9% de la economía y casi el 60% de la industria manufacturera nacional.
Este
estudio destaca que dentro del sector, la actividad con mayor concentración
empresarial es la elaboración de productos de panadería, seguido de lejos por la elaboración de productos de molinería, mientras que las actividades con menor
concentración empresarial son la elaboración de aceites, elaboración de azúcar y
destilación y mezcla de bebidas alcohólicas. También se destacan las
actividades de procesamiento y conservación de carne, conserva de vegetales y la elaboración
de otros productos alimenticios.
Finalmente,
la investigación revela que la participación de la agroindustria en la
producción industrial ascendió del 41% a 64% entre 2006 y 2012, siendo la
elaboración de bebidas la que aporta más al PIB, seguida de la producción,
elaboración y conservación de carne, pescado, frutas legumbres, hortalizas,
aceites y grasas y, ya de lejos, los productos derivados del almidón y piensos
preparados, la elaboración de otros productos alimenticios y la elaboración de
productos lácteos.
La
perspectiva para el sector agroexportador y agroindustrial es bastante
interesante, particularmente por las oportunidades que posiblemente se darán
debido al nuevo comportamiento del consumidor post COVID-19.
El
sector deberá adaptarse, dar valor a los productos primarios y aprovechar las
oportunidades de innovar. Se espera, que el consumidor a corto y mediano plazo
permanezca más en casa y, por consiguiente, coma más en su hogar, prefiera
productos frescos y alimentos procesados que fortalezcan su sistema
inmunológico.
Sin embargo, gremios
representativos del sector industrial y que aglutinan a la mayoría de las
empresas alimentarias han solicitado al Gobierno políticas públicas y
herramientas para impulsar el sector, afectado por la baja productividad e
inversión que se evidencian en su peso en el producto interno bruto (PIB)
nacional: apenas un 5.1%.
El sector industrial confronta
desafíos y dificultades que limitan su desarrollo y crecimiento, entre ellas la
falta de una política industrial que impulse el desarrollo integral de las
actividades de producción. La ausencia de una política pública para la
industria impide una transformación en el corto, mediano y largo plazo que
permita al sector recuperar nuevamente el nicho de las exportaciones panameñas,
que son las más bajas de la región.
Los industriales señalan que la
industria nacional es muy vulnerable respecto a lo que sucede en la economía
panameña, si esta comienza a contraerse esto impacta de forma inmediata al
sector. Este hecho se debe a que es un sector dependiente de la economía
doméstica y tiene poca representación en los mercados internacionales.
Los industriales alertan que
se requiere de políticas activas en el ámbito industrial, acompañamiento y
espacio institucional, condiciones atractivas para las inversiones hacia el
sector industrial, tanto nacional como extranjeras.